El monstruo bajo la cama

Hace mucho tiempo que leí ésta entrada de Raúl Hernández González, y ha vuelto a mi cabeza en muchas ocasiones.

Debo reconocer, aún con mucha verguenza, que soy de esa clase de personas que se agobian en según qué situaciones, o ante según qué tareas. No tengo muy claro el motivo, pero hay situaciones en las que sé lo que tengo que hacer, sé que tengo que hacerlo… pero no lo hago. Lo tengo en mi cabeza, me ronda sin descanso como un alma en pena, pero sigo sin hacerlo. Me digo a mi mismo que debo hacerlo de una vez, y me pongo delante del ordenador para hacerla… pero sigo sin hacerla.

Ha habido ocasiones en las que mi indecisión (o cobardía) a la hora de solucionar algunos temas se ha convertido en un problema, hasta que el problema ha desaparecido porque ha pasado demasiado tiempo. Claro que entonces el problema no ha desaparecido, ha «mutado» en una falta de respuesta ante un tema importante, o incluso me ha supuesto perder una oportunidad de negocio.

Aún no he conseguido entender donde radica este problema, ni qué puedo hacer para librarme de ese monstruo que vive bajo mi cama, pero desde hace tiempo, aplico una norma que me ayuda a seguir avanzando, aunque no quiera:

Hazlo ahora y te ahorrarás la verguenza de no haberlo hecho.

Yo mismo

De momento, hace ya bastante tiempo que no dejo que ningún problema, correo o tarea se quede en la nada. Me sigue resultando muy fácil no hacerlo, pero repetirme ese pequeño mantra me autoconvence para no dejarlo esperar más tiempo.